El Búho se volvió extremo por un instante de su vida, y en lugar de frecuentar cafeterías, restaurantes, leer, escribir y pasear por la ciudad, fijo sus grandes ojos y abrió sus alas para dirigirse a un antiguo macizo volcán ubicado en el Estado de Jalisco con un grupo de amigos igual de extremos y aventureros. En invierno es normal encontrar la cumbre cubierta de nieve, pero siendo verano el Nevado nos recibió con cielos grises y nubes cargadas de lluvia, pero sus bosques reflejaban sus vivos colores producto de las lluvias de la temporada. Ésta sería la primer excursión del Búho a un ambiente hóstil y peligroso -por lo menos para mi-. Después de años de planeaciones, intentos fallidos, explosiones del volcán vecino y demás contratiempos, al fin se organizó el viaje -por el cumpleaños de un amigo- para escalar la cumbre y poder apreciarlo con mis propios ojos. Una enfermedad, unas cuantas inyecciones no iban a impedir que fuera -aunque muy en lo profundo de mi ser deseaba descansar en mi propia cama …