“Existen dos tipos de personas, y cuando ocurre algo extraordinario, las del primer grupo lo interpretan como que es algo mas que suerte, son señales de que hay alguien cuidando de nosotros. Las del segundo grupo, piensan que lo ocurrido es pura suerte, un feliz giro del azar.»
-Graham Hess 

Un miércoles por la noche viendo la televisión se proyecta una de las películas que me quito el sueño por años; Señales del director M. Night Shaylaman. Mi miedo relativamente irracional por los aliens creció siendo una niña, por esa pequeña parte de mi de siempre investigar más; yo misma cree un miedo hacia aquellos pequeños seres humanoides, ¿pero no es verdad que el miedo puede ser producto de nuestra propia imaginación?. Todo aquello que no conocemos nos asusta. Nos intriga no poder tocar algo que nos dicen que no existe.

Una de las películas de ficción que traumó gran parte de mi infancia y uno de mis mayores miedos -no se les permite burlarse- me ayudo a entender una parte de la vida, me di cuenta que lo que parecía una película de terror me abrió los ojos ante las pequeñas casualidades de la vida.

La idea principal de la película -aparentemente- es mostrar el aterrador contacto de una invasión extraterrestre desde el punto de vista de una familia normal -pueden comenzar a leer este articulo escuchando su inconfundible tema musical-.

Señales nos muestra a una familia autentica, pero en realidad el contexto de la invasión extraterrestre es utilizada de fondo para mostrar la verdadera historia; contestar preguntas existenciales sobre la vida y la muerte y principalmente; ¿existe el azar? o como lo plantea Graham; ¿Será posible que no existan las coincidencias?

Una familia que atraviesa una etapa de crisis; Graham es un ex sacerdote que abandona su fe tras la muerte de su esposa, su hermano Merrill, un ex jugador de béisbol que vive con su hermano y sus hijos después de la muerte de la esposa de su hermano, un hijo que tiene asma, y una hija que tiene un tic de nunca terminar de beber un vaso de agua…

Todos llegamos a creer que existe algo más en nuestras vidas, cuando todo es aparentemente normal, pero es difícil mantener esa creencia cuando vivimos una serie de eventos desafortunados; ¿por qué muere esa persona tan cercana? ¿por qué me paso esto a mí?. Al principio no puedes comprender que una situación este sucediendo y menos a ti. Cuesta aceptarlo y nos volvemos incrédulos a la realidad.

Así es como lo plantea Graham; “Existen dos tipos de personas, y cuando ocurre algo extraordinario, las del primer grupo lo interpretan como que es algo mas que suerte, son señales de que hay alguien cuidando de nosotros. Las del segundo grupo, piensan que lo ocurrido es pura suerte, un feliz giro del azar. Observan lo ocurrido con recelo, puede ir bien o mal. Ellos en el fondo piensan que, pase lo que pase, están solos y eso les llena de temores. Los del primer grupo en cambio, piensan que está ocurriendo un milagro; pase lo que pase alguien cuida de ellos. Ahora deberías preguntarte en que grupo estás tu…»

Cuando algo malo sucede en nuestras vidas llegamos a cuestionar nuestras creencias de tal forma que decidimos no creer, concluimos que todo es al azar y que nada de lo ocurre tiene una explicación más allá de la casualidad.

Eso es lo que le sucede a Graham, un hombre de fe que decide no creer cuando todo en su vida se viene abajo. En su caso, no ve señales de Dios en la tierra, cree que los ha dejado solos y por esa razón -además de la aparición de los aliens–  lo consume el miedo y está seguro que no cuentan con la protección de nadie más, mas que de ellos mismos. A diferencia de Merrill, un hombre que sí cree existe algo superior que los protege y que todas las cosas pasan por alguna razón. Tiene fe, tiene esperanza en que todo terminará bien. Eso es lo que lo mantiene fuerte en los momentos oscuros.

La invasión extraterrestre es solo la excusa perfecta para contarnos que todo tiene una razón dentro de una serie de eventos desafortunados; los vasos de agua puestos en toda la casa, el «batea fuerte Merrill», la muerte de su esposa, el asma de su hijo… al final Graham logra entender el mensaje que se escondía en las ultimas y aparentemente superficiales palabras de su esposa a la hora de su muerte.

Cuando pasa la tormenta y en un momento de calma, llegamos cuestionar si será posible que no existan las coincidencias y todo lo que ocurre en nuestras vidas, por mas irracional que se escuche, tiene una razón de ser. Lo que nos sucede, sea bueno o malo, pasa para que aprendamos algo nuevo. La vida te va preparando para llegar a algo… pero el punto es que no logremos comprenderlo al 100. 

Por lo tanto, puede ser que exista un plan detrás del azar y que todas esas casualidades sean una muestra de un plan que esta guardado para nosotros.  Louis Pasteur decía que «el azar favorece a la mente preparada» , entonces llámalo como lo quieras llamar; azar, fe, destino… pero existe un plan, una preparación a lo largo de tu vida para llegar algún lado. Y tal vez eso nos reconforta, saber que pase lo que pase… no estamos solos al final.

Por una razón eres de una manera, tienes el carácter de tal forma o aprendiste a hacer algo en una etapa de tu vida,  todo puede tener una razón de ser. Creer es tener fe de que todas las piezas del rompecabezas lograran encajar en algún punto de la vida.

Nos habla sobre el miedo y la esperanza. Dos conceptos que para mí, van unidos; del miedo nace la esperanza, eso es la vida… eso es lo que nos mantiene a flote en los momentos oscuros.  Por algo Graham dejo de creer, para darse cuenta que en realidad nunca estuvo solo.

Ahora deberías preguntarte, ¿en que grupo te encuentras tu…?