El existencialismo es característico de una época de profunda crisis, en donde la deshumanización del mundo cuestionaba la propia existencia humana. En donde la razón afronta la realidad, pero la angustia, la soledad y la desesperación nos vuelven a introducir en un agujero negro. Un lugar donde la mano de Dios no los tocó. Y surge la pregunta ¿que sentido tiene la vida?.
La Europa del siglo XX, devastada por una guerra mundial y caracterizada por grandes cambios sociales que rompieron los cánones y el status quo al que la sociedad estaba establecido.
El mundo fue cubierto por una cortina de humo negro, en donde ya nada parecía importar, no podía existir peor suceso que el que acaba de ocurrir -la Primera Guerra Mundial-. La vida continuaba y junto con ella, los individuos eran arrastrados; comienzan a cuestionar sobre el sentido de la existencia humana. Es el momento donde se afirma que el hombre es un ser “arrojado al mundo”, dejado al azar de su destino y su propia supervivencia; ya no es un Dios o ser superior quien determina el destino de la raza humana, somos ahora nosotros, como seres independientes quienes definimos nuestro camino.
“Existencia es lo que nunca es objeto; es el origen a partir del cual yo pienso y actúo, sobre el cual hablo en pensamientos que no son conocimiento de algo; “existencia” es lo que se refiere y relaciona con sigo mismo, y en ello, con su propia trascendía” -Jaspers.
Comenzamos a pensar con el yo interno, en donde cada individuo construye su propia esencia a lo largo de la vida, eligiendo libremente en cada momento.
Fuimos arrojados al mundo con libre albedrío, a un mundo en donde las situaciones no se explican, se viven. Las experiencias personales son las que crean la existencia individual; cada quien decide su propio camino. Cada individuo elige las aguas en donde nadar, y también decide si dejarse ahogar en ellas. “El hombre existe en la medida en que es origen de si mismo y se hace a sí mismo por medio de sus elecciones libres”, pero el fin es el mismo; la muerte.
Heidegger, uno de los principales exponentes del existencialismo, expresa que “el hombre es un ser para la muerte, que ha sido arrojado al mundo «para en él morar e ir muriendo”. La muerte es de lo único de lo que tenemos certeza de que ocurrirá, cuando y como seguirá siendo un misterio y la vida que tu decidas vivir antes de llegar al destino final, depende de tus propias elecciones.
Es cuando a diferencia de la filosofía clásica en la cual la esencia constituye la naturaleza de las cosas; es lo que hace que una cosa sea lo que es, la existencia procede a cualquier esencia, la esencia precede a la existencia, algo que niega la libertar de los individuos, rechaza la existencia de algún ser superior. Los humanos estamos solos en un mundo de angustia y sufrimiento, los cuales nos hacen experimentar mejor la existencia. Es como pensar que “se viene al mundo a sufrir”. En realidad, ¿venimos al mundo a sufrir?
El libro de “El Extranjero” de Albert Cammus es quizá una de las obras literarias que podrían describir de mejor manera el existencialismo. El protagonista es un reflejo de lo que es ser un existencialista, un personaje “gris”, como se le podría describir. En donde a pesar de tener una vida llena de emociones -la muerte de su madre, un asesinato y un nuevo amor- se muestra indiferente ante aquellos sucesos; el señor Mesault simplemente existe. Su actitud de indiferencia se ve reflejada en toda la obra.
En la actualidad la guerra es noticia de primera plana. La tragedia se vuelve normal, ya no nos impactan los ataques, las muertes y el derramamiento de sangre que ocurren en todo momento. La desgracia es que uno llega a acostumbrarse a todo. Como los ojos se acostumbran a la oscuridad, también las emociones. Nos hemos vuelto indiferentes ante la vida, individuos grises y egoístas. En donde primero esta nuestro bienestar antes que el del prójimo; nuestro YO interno.
Hemos llegando a un punto “existencialista” en donde nos ponemos a cuestionar ¿que sentido tiene la vida?. ¿Somos seres “grises” que se dejan llevar por la corriente?. Muchos hemos llegado a cuestionar sobre si en realidad existe un poder superior que controla nuestras vidas, o simplemente algunos creemos que fuimos arrojados al mundo a existir, en donde nada esta escrito y estamos solos en el mundo. Hay personas que solo “existen” y esperan el momento de su muerte.
Ya sea que seamos de los que viven para existir o existen para vivir, la realidad es la misma.
“Lo que solo ocurre una vez es como si no ocurriera nunca. Si el hombre solo puede vivir una vida es como si no viviera en absoluto” – Milan Kundera, La insoportable levedad del ser.
Me gustó mucho la reflexión y como se abordó el tema. Me gustaría saber más al respecto. Gracias
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