El ser humano siempre ha sentido una gran fascinación y miedo sobre el paso de la vida a la muerte. Ese camino incierto que cada ser vivo debe tomar al finalizar su vida y comenzar otra. Cada cultura, civilización y religión tienen un concepto de lo que ocurre con el alma después de la muerte, para unos existe el cielo y el infierno, para otros su alma reencarna en otro ser, en otra vida. Algunos creen que existen diferentes tipos de lugares para el alma, dependiendo de la forma en la que moriste, para otros existe el inframundo, sin cielo ni infierno. No se sabe con certeza que pasa después de la muerte, pero lo que casi todos concuerdan es que existe vida después de la muerte.
Día de los Muertos, Halloween, Día de Brujas, Día de Todos los Santos, todos esos nombres nos recuerdan a una fiesta que tienen que ver con la celebración del otro mundo. Cada noche del 31 de Octubre los niños se esfuerzan por encontrar el mejor disfraz y ser ese personaje que siempre han querido ser, salir a calle y pedir la mayor cantidad de dulces que sus pequeños bolsos puedan cargar. Otros utilizan la noche para hacer travesuras de adolescentes, ya que “dulce o truco” -o me das dulces ó hago una travesura-. Al igual que cada 2 de Noviembre, las ciudades de México se visten con flores de cempasúchil color anaranjado, dulces de calaveras, alfeñiques, pan de muerto, y velas que dan luz en la oscuridad, sobre altares para honrar a sus muertos. Los cementerios son el lugar elegido para celebrar.
Ambas tienen que ver con ser una festividad para celebrar al otro mundo -aunque suene algo tenebroso-. En Latinoamérica y la mayoría de los países católicos, el Día de Todos los Santos es una celebración religiosa y en México el Día de Muertos es una fiesta que todos conocen, y gracias a la influencia de Estados Unidos, la celebración del Halloween se fue introduciendo, pero el Halloween no nació en Estados Unidos.
Recuerdo de niña, disfrazarme y salir a la calle a pedir dulces, al igual que hacer un altar de muertos en mi hogar y en la escuela -me encantaba ir a comprar los alfeñiques, que son los que utilizan para decorar el altar, al igual que hacer figuras con los pétalos de la flor de cempasúchil y aserrín-. Pero también recuerdo, que algunas personas consideraban como algo perverso la celebración del Halloween, por estar involucrada con magia, brujas y hechizos. Aunque suele ser ligada con el con el ocultismo, su origen y filosofía es otra completamente diferente.
La realidad es que ambas derivan de la misma fiesta celebrada desde hace 3000 años en las mismas fechas en Europa, y ambas celebran la muerte. De hecho, el nombre y la fiesta de Halloween deriva de el día de Todos los Santos, una celebración católica.
En un lejano país místico de Europa, un pueblo cada noche del 31 de Octubre celebraban el fin del año y la llegada del nuevo. Los Celtas festejaban el Samhain, una fiesta pagana, considerada de transición hacia un nuevo año como de la apertura del otro mundo -el mundo espiritual-. Marcaba el fin del verano y de las cosechas y daba comienzo de la estación oscura -por el frío y crudo invierno-. Se creía que esa noche, la línea entre el mundo espiritual y el terrenal era muy delgada, por lo que era la única noche en donde se les permitía a los espíritus caminar entre los mortales. Los druidas -sacerdotes de la antigua religión de los Celtas- eran el medio entre los espíritus y el mundo terrenal, se dice que los espíritus de sus antepasados venían en esa fecha a visitar sus antiguos hogares.
Con la llegada del Cristianismo a Europa, se fueron introduciendo varias festividades paganas a las sociedades cristianas y fue así como la fiesta del Samhain se convirtió en el Día de Todos los Santos, celebrada el 1 de Noviembre, por un decreto de la Iglesia Católica en el Siglo VIII, una fiesta ahora de carácter religioso. El Halloween deriva de esta misma celebración, la palabra es una traducción al inglés de la Víspera de Todos los Santos –All Hallows Eve-, la cual se celebraba el 31 de Octubre, para preparar la fiesta del día siguiente. El Halloween es festejado principalmente por los países anglosajones, y poco a poco se fue introduciendo en las sociedades latinas. Debido a la migración de irlandeses católicos a Estados Unidos en el Siglo XIX, el Halloween llegó al país.
Muchas de las tradiciones que se celebran en Halloween, como tallar una calabaza e iluminar su interior con una vela, provienen de países anglosajones, principalmente Irlanda. Una noche de Halloween no es noche de Halloween si no cuenta con una gran, redonda y anaranjada calabaza que alumbra las decoraciones de la fiesta. Tiene su origen en una leyenda irlandesa de Jack-o-lantern –quien debido a su maldad, hizo un trato con el diablo y no mereció un lugar en el cielo ni en el infierno, y fue condenado a vagar hasta el fin de los tiempos, en la oscuridad usaba una vela para iluminar su camino, la cual depositaba en un nabo para evitar que la luz se extinguiera.- Los Celtas utilizaban nabos con velas al interior para iluminar el camino de los espiritus hacía el mundo de los vivos, y de igual forma ahuyentar a los malos espíritus. Al llegar los irlandeses a Estados Unidos, cambiaron los nabos por la fruta de la temporada, la calabaza.
En México, el encuentro entre dos mundos hizo una fusión de culturas y tradiciones originando fiestas únicas arraigadas a ambas culturas, como el Día de los Muertos. Ya existía una celebración que honraba a los difuntos, los pueblos precolombinos también rendían culto a la muerte. Con la llegada de los Españoles, esta celebración se fusiono con la fiesta cristiana de el Día de Todos los Santos durante la evangelización. Los pueblos mesoamericanos conservaban los cráneos como trofeos, simbolizaban la muerte y el renacimiento -esas deliciosas calaveritas de azúcar que usamos para decorar el altar, pueden derivar de es esos cráneos guardados, las cuales siempre han sido la representación de la muerte-.
Es una celebración colorida en la sociedad mexicana, en donde los altares del Día de Muertos son su atractivo principal. Se cree que las almas que se quedaron en su paso hacía el otro mundo, en esa fecha caminan en el mundo de los mortales, sus familiares levantan altares con sus comida favorita, objetos que utilizaban en vida y reflejaban sus gustos y algunos obsequios, como velas para alumbrar su camino para ayudarlos a cruzar al otro mundo. El altar es una representación del mundo indígena y del católico.
Algunas ocasiones tenemos posiciones exageradamente extremas respecto a ciertos temas, como es el caso del Halloween,el objetivo principal no es una celebración para honrar al que no debe ser nombrado, o practicar magia y hechicería. Es cierto que ambas celebraciones provienen de una celebración pagana, tanto la fiesta católica del Día de Todos los Santos como Halloween. Pero lo que todas concuerdan es que en esa fecha, se cree que la línea entre el mundo espiritual y el terrenal, es muy delgada -por lo tanto, esa noche esperen caminar entre espíritus-.
La mezcla de culturas crea fusiones extraordinarias que se convierten en actores principales de nuestra cultura y tradiciones, pero todas tienen un origen y una relación entre sí. La fascinación por la muerte es algo que palpita en los corazones y mentes de todos los seres humanos, esa fascinación y admiración por todo lo que no conocemos. La muerte no es el camino hacía algo oscuro, es simplemente el camino que nos conduce a otro lugar.
“¿Acabar? No, el viaje no acaba aquí. La muerte es solo otro camino que todos debemos tomar”.
Gandalf, El Señor de los Anillos.