No es simplemente una serie de ficción con giros inesperados en su historia. La saga de “Una canción de Hielo y Fuego” de George R.R. Martin -o mundialmente conocida como Game of Thrones- es mucho más que solo historias de fantasía, guerra, venganza y amores prohibidos. Representa una realidad política acertada, la cuál la hace más interesante al lector y espectador que logran leer tras las líneas de una historia ficticia.
Aunque su éxito se derivó gracias a la serie de Televisión de HBO en 2011, los primeros libros ya existían -cabe mencionar que hasta el momento van cinco y faltan- nunca había escuchado sobre esos libros, hasta el estreno de la serie. Y siendo una fanática de temas de fantasía y ambientadas en tiempos medievales, esperaba con ansias el estreno. No quedé decepcionada con la primera temporada y la manera en que el escritor maneja las historias de sus personajes, el contexto en donde se desarrolla y que nunca, pero nunca puedes estar seguro de como va a terminar, ya que da giros inesperados a la trama que hace que te cuestiones de nuevo; ¿quienes son los protagonista de la historia? ¿El poder supera la moral?
Una de las razones por la cual me gusta tanto, no es simplemente por su historia de ficción. Comparar Juego de Tronos y las similitudes que tiene con la política. Aunque ya no estemos en la época feudal o imperial, la política se maneja de la misma forma. El balance de poder se crea por los poderosos, aquellos que tienen una capacidad económica y militar superior a los demás. Y ese balance solo lo mantienen las potencias. Es uno de los factores por el cual me gusta demasiado esta serie, toda la política que tiene en su historia y el manejo del poder.
En el contexto de la saga, Poniente se divide en siete reinos, los cuales son gobernados por siete familias o casas de nombres antiguos, que se remontan a la conquista del territorio. Anteriormente eran reinos independientes y un conquistador militarme más fuerte -utilizando fuego de sus dragones- los unió, haciendo jurar lealtad a un solo Rey; Aegon Targaryen, el Conquistador. Poco a poco cada uno de los reinos fue cayendo bajo su poder y su reyes juran lealtad a Aegon. Todos estarían bajo su gobierno y él sería el que proporcionaría protección al reino. Fueron unificados bajo una sola nación, pero cada región mantuvo su poder de gobernar sobre su territorio como señores.
La política que se maneja en la saga se muestra como un realismo político o realpolitik. El miedo es quien gobierna, los ideales y la moral quedan en segundo plano, ya que la política esta basada en intereses. Un gobernante debía buscar y retener el poder para el beneficio de su Estado. En el libro El Principe de Maquiavelo se describe perfectamente lo que es el realismo político y se puede observar la gran similitud que tiene con el juego de poder en Game of Thrones. Maquiavelo decía; es mejor ser temido que amado, por lo que la violencia y la mano dura es necesaria para mantener el equilibrio de poder entre las naciones. En la serie, eso es lo que ocurre, el dominio sobre los siete reinos, cada uno con costumbres diferentes entre si, por lo tanto, todo gira en torno a la política internacional y la forma de mantener los reinos en orden. La teoría realista señala que el Estado es una entidad suprema, nada esta por encima del él. Y solo uno es capaz de mantener el orden sobre los demás gobiernos. Los Estados son motivados por su interés nacional y el poder representa un papel importante en las relaciones internacionales. Todo gira en relación con el poder. Como se puede observar en la serie, los Targaryen fueron quienes mantuvieron ese orden político, todos se regían bajo sus leyes y durante miles de años gobernaron Poniente. Hasta que la rebelión de Robert Baratheon puso fin a la tiranía e instauro una nueva dinastía y un nuevo orden.
El poder y el realismo político son los principales actores, pero cuando se avanza en la historia se puede observar que esta forma política no es exitosa. Al entrar en al juego de tronos es jugar por el poder, pero los intereses personales producen inestabilidad en el balance de poder y por lo tanto caos. Cuando se persiguen objetivos a corto plazo, distraen a los jugadores del verdadero problema a perseguir; la supervivencia humana y estabilidad. Maquiavelo explicaba en su obra que el «príncipe» debía utilizar el mal para lograr el bien, utilizando intrigas y engaños para no caer en las trampas de sus rivales. Este método se puede observar en la corte de Desembarco del Rey y como diría Cersei Lannister “en el juego de tronos, ganas o mueres.»
Esto se puede ver en el mundo de Poniente como en la realidad que vivimos. En un análisis que publicó la revista Foreign Affairs sobre Game of Thrones, explica que las personas honestas, con moral y ética reciben poca importancia, como es el caso de Ned Stark, un hombre de ética y honor que se regia bajo las normas tanto del Rey como de los Dioses, pareciera que fuera él el protagonista de la historia, el hombre bueno, pero terminó siendo decapitado por su ingenuidad. Así es como el mundo político ve a los hombres honestos; ingenuos.
Los Targaryen cegados por el poder llevaron al los sietes reinos a una rebelión, dando como resultado la destrucción de su dinastía. El poder es como una mano llena de arena, para mantenerla en la palma de tu mano se tiene que mantener firme pero un poco suelta, si la aprietas creando un puño, la arena se escapa a través de tus dedos. La opresión es el detonante de una rebelión. Le sucedió a la casa Targaryen y los Lannister podrían ser los siguientes. Ahora cada que vean un nuevo capitulo de la serie lo podrán observar con una mente política y encontrar las similitudes con la realidad, en ese mundo maquiavélico creado por George R.R. Martin y darse cuenta que no es simplemente una historia de ficción. Poniente y las Ciudades Libres, si existen en nuestro mundo.
Muy buen artículo, y muy cierto, tiene más realidad que ficción !!!
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