La fotografía, la naturaleza y el cuerpo humano es lo que describe a Miguel Milló, uno de los mejores artistas de arte contemporáneo en México.
Las plantas y el cuerpo me hablan, y yo me dejo llevar, y son las emociones las que expresan la última palabra.
– Miguel Milló
Su obra es diferente y con un significado que va más allá de la estética visual. Se centra en la sensualidad de la figura humana mezclando elementos de la naturaleza con el cuerpo humano, utilizándolo como el lienzo donde el artista experimenta y crea una obra única y metafórica. En su colección «Orígenes» nos muestra ese significado.
El artista se inspira en los orígenes de la humanidad, buscando reflejar a través de su obra la armonía del ser humano con la naturaleza, en una época donde parece haberse perdido y olvidamos de donde venimos y hacía a donde vamos.
Lo que nos muestra en sus obras es que el ser humano es un ser dador de vida. Se siembra una semilla en nosotros y crece, esparciendo su vida y energía por la tierra. Todos somos uno mismo.
La belleza de la naturaleza en conjunto con la del cuerpo humano, crean una mezcla de texturas, luces y colores en su obra que inspira. Se ve reflejada tanto en físico como en sus fotografías. Las imágenes hablan por si mismas.
Miguel Milló ha expuesto su obra en varios rincones del mundo; Ciudad de México, Cuernavaca, Chihuahua, San Miguel de Allende, Saltillo, Nueva York, San Diego, Miami, Los Angeles, La Habana, Taipei, Kuala Lampur, Manila, por nombrar algunas ciudades.
Casa Lamm -en Ciudad de México- lo seleccionó como uno de sus mejores 20 artistas y fue seleccionado por las Naciones Unidas y la Secretaria de Relaciones Exteriores para crear un calendario conmemorativo a los 20 años del Tratado de Beijing. Esta siendo distribuido actualmente en todas las embajadas y consulados de México en el mundo.
Debemos reconocer el talento que existe en el país, entre nuestra propia gente, no olvidar el potencial que México tiene para expresar sus pensamientos y sentimientos al mundo y a nosotros mismos. Miguel Milló es quien nos lo recuerda.