El búho se ha representado como el animal de la sabiduría y el conocimiento en muchas culturas. En la mitología griega era el animal protector de Atenea, diosa de la sabiduría. Siempre se le representa con un búho sobre su hombro.
Se le asocia con la sabiduría porque puede ver lo que otros no pueden, la cual es la esencia de la verdadera sabiduría. Ve de noche y nada se le esconde. El búho es consiente de todo lo que ocurre a su alrededor y posee una visión depredadora y aguda que le ayuda a ver las cosas con más claridad. Los ojos del búho son un símbolo de la inteligencia.
Al ser un ave nocturna es capaz de ver cuando hay oscuridad y los demás no pueden ver. No le temen a la noche y la oscuridad, abren sus ojos y descubren en ella la luz, porque ahí se encuentra para aquellos que pueden llegar a descubrirla. La oscuridad es solamente la ausencia de luz.
Abrir los ojos y nuestras mentes, ser capaces de observar y ver lo que está escondido. Que la falta de luz no sea un obstáculo para alcanzar nuestros objetivos. Siempre ser calmados y serenos, atentos a todo lo que ocurre a nuestro al rededor… como un búho.
«Así como esta ave está de día escondida y retraída en lugares obscuros, apartada de la conversación de las otras aves, así el sabio con deseo de la especulación se retrae a lugares solitarios, porque en la familiaridad y frecuencia de la gente no hay quieto reposo para filosofar; y porque el contemplar y considerar tiene más fuerza de noche que de día, y el ánimo muestra en este tiempo más vigor, por esto se denota esto más con estas aves nocturnas que con otras. «
-Juan Pérez de Moya en Filosofía Secreta (1585)